El hecho de instalarse en una casa nueva es un buen pretexto para indagar detalles tranquilamente en un montón de sitios.
El pasado martes quise visitar una tienda de electrodomésticos para explorar la sección microondas. Como lo imaginaba, la robustez de los modelos más baratos no me pareció muy convincente. Pero también pude ver un modelo redondo de diseño muy original que ya había notado en internet. Desgraciadamente la dependiente no tenía ganas de atenderme y como iba con poco tiempo, aplacé el estudio de los detalles.
Estos se aclararon dos días después al visitar otro almacen. Allí fue donde descubrí que el precio de los microondas puede variar de más de 10% en función de su color exterior y de otros detalles que solo entienden los del marketing, si es que entienden algo. Total esperaré el momento de la oferta para el modelo rosa frambuesa que me interesa…
El Viernes era festivo y se celebraba el Armisticio de 1918. Muchos almacenes, aprovechando las nuevas leyes acerca del comercio en las zonas turísticas, estaban abiertos. Pero el cielo gris apagaba el entusiasmo consumista.
Para compensar el sábado regaló un rayo de sol y no pude resistir a un paseo por el hiper centro de París.
Exploré la tienda de bricolaje que se halla al pie del centro Pompidou y me impresionó la cantidad de clientes ojeando en las diferentes secciones y la paciencia de los dependientes…
Teoricamente yo buscaba hilo eléctrico pero como casi cualquier persona en este tipo de almacen, me extravié y volví a casa con un montón de detalles totalmente imprescindibles que instalaré… un día.
También pasé al lado del forum des Halles y pude contemplar los progresos de las obras. Ahora sólo queda el esqueleto de los antiguos pabellones…
Y en medianoche, la gente seguía disfrutando este tiempo tan suave en las terrazas de la calle de las abadesas…
Hoy visité el mercadillo que instalaron al lado de la estación de Lyon en la avenida Ledru Rollin. Constaté una vez más que se trata cada día más de una reunión de vendedores profesionales de muebles de segunda mano pero algunos detalles merecían la pena.
Así encontré una silla de madera y paja perfecta para instalarse al lado del radiador. Y pasé un rato divertidísimo en el autobus que me llevaba a casa con mi silla para sentarme 😀
Lo bueno es que las gatas ya se apropiaron del objeto.
Y ahora solo falta completar la lista de todos los detalles que quedan por encontrar e instalar… ¡Mañana será otro día!
sí, es una silla de anea. Por cierto, a los gatos les encanta arañarlas, así que puede que el asiento no te dure mucho… Por los pueblos de Granada todavía se pueden encontrar artesanos que los reparan.
Los conductores de autobus van a empezar a temer que subas: un día, con una barra de cortina, otro día con una silla… ¿qué será lo próximo?
Por la descripción que das de tu silla, creo que es lo que en España llamaríamos una silla de anea. Me parece que te podría gustar conocer el término. Por cierto, me encantan esas sillas. Un saludo.