El censo

Ayer por la noche llamaron a la puerta sobre las 19. Era el señor del censo y como ya sabía que me tocaría una visita así, propuso rellenar los preciosos formularios enseguida y acepté.

Por suerte topé con un hombre realmente simpático y con una buena dosis de humor.
Como le preguntaba si tenía sueldo fijo o si cobraba por formulario me confirmó que era por formulario antes de seguir con una sonrisa:
Con vosotros pierdo el tiempo. Prefiero de lejos las familias africanas: con un solo piso encuentro a 15 personas…

Esta observación me hizo reír y le pregunté si había visitado a los chinos de la primera planta y si sabía cuantos eran.
El hombre no se asombró y me anunció cinco personas declaradas pero ocho según una de las niñas metiendo la pata.
Otra sesión de risa y confirmé que nadie en el edificio era capaz de contarlos pero que la evaluación común rondaba ocho.

Tras esta introducción rellenamos los formularios. El primero se refería a la vivienda. El segundo concernía las personas y cada persona tenía que rellenar uno.
Propuse rellenar dos para mis gatas pero el hombre consideró que no necesitaba ingresos extras.
En cambio algunas respuestas le despistaron y confesó que no cuadraban con las estadísticas esperadas.
Otras risas.
El hombre se despidió y tocó a la puerta de la vecina.

¡Pobrecito!
¡Dos anomalías estadísticas en el mismo rellano!
¡Ojalá no se desanime!

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5 respuestas a El censo

  1. mjm dijo:

    Hola Caol: Yo también pienso que tienes una página estupenda y la visito todas las semanas.Respecto al censo en España, es verdad que te puedes censar en la ciudad que quieras cuando necesites un servicio del Ayuntamiento,pero hay un censo general cad diez años en el que te visitan en el domicilio y te entregan unos impresos para rellenar,en ellos debes poner nombres,sexo,edad,parentesco,estudios,profesión etc… Es el que sirve para las listas electorales y para las estadisticas.Hasta pronto.

  2. caol dijo:

    Gracias por los comentarios 🙂

    En cuanto al censo, tengo que aclarar que este proceso lo lleva el Instituto Nacional de Estadísticas y que no tiene conexión con los tramites que uno tiene que hacer para «existir» en algún sitio.
    Para la persona que pasó por mi casa, soy un ser teórico con ciertas características importantes en termino de estadísticas.
    Pero si quiero conseguir cualquier cosa relacionada con mi lugar de residencia, yo también tengo que pasar por el ayuntamiento de mi distrito para apuntarme.
    Ya ves… París es diferente, pero no tanto 🙂

  3. Ana dijo:

    totalmente de acuerdo con Concetta, aunque yo tengo la fortuna de conocer ciudadluz hace más tiempo, pero sigue asombrándome. Cada vez que entro creo que solo estaré unos minutos, a ver las novedades, pero siempre descubro algo que no había visto, o había olvidado…, el caso es que es muy difícil entrar y no engancharse. Me sumo a sus felicitaciones, Caol.

    Y también es sorprendente (y muy didáctico) este blog. Es curioso, aprendes que aqui los censos no se cumplimentan de la misma manera. Nadie viene a nuestas casa a rellenar formularios. Es el propio interesado quien acude al ayuntamiento a censarse, o a darse de baja en alguna población, o a anotar un cambio de domicilio…Pero si no vas de «motus propio», nadie viene a preguntarte. Y solo vamos a «censarnos» cuando nos interesa: si queremos hacer constar que vivimos en tal municipio para obtener una ayuda, un colegio para nuestros hijos, una beca o un médico determinado. de lo contrario, «pasamos» y nos da igual figurar en un distrito que en otro… También en esto «Spain is diferent»,. O ¿tal vez París es difertente?

  4. Concetta dijo:

    Bonjour Caol,Hace unos dias descubri tu página, buscando información sobre PARIS, no se como esplicarte, fué como abrir una Matrioska,a cada clik del raton, un nuevo «tesoro» de Paris,en fin me ha gustado tanto que, me he decidido a felicitarte y decirte que seguire leyendo tus andanzas por PARIS.Merci, Merci …….

  5. Simónides dijo:

    Deliciosa anécdota, como un bollito relleno de crema listo para engullir en esta tarde de frío. Ñam…
    …y me quedo con ganas de más.

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