Vacaciones

Publicado en Fuera | Etiquetado | Deja un comentario

¿Profecías auto cumplidas?

Al escuchar las noticias, uno descubre una colección impresionante de situaciones muy complicadas y los políticos galos repiten en cada momento que es preciso prepararse a las catástrofes por venir.

Ya notamos que los precios aumentaron más que los sueldos y sé que son cada día más numerosas  las familias que solicitan las asociaciones que proporcionan ayuda alimentaria. Pero el discurso de los periodistas y de los ministros se vuelve cada día más espantoso y produce esencialmente profecías auto cumplidas.

Ya provocaron una penuria duradera de mostaza. Ahora hablan de una penuria de arroz. Y lo mejor de todo es el asunto de la electricidad, demasiada cara para los unos e indisponible para los otros porque la producción gala sería insuficiente. En cuanto a la primera ministra, recomienda la sobriedad como solución para todos los problemas, con una calefacción limitada a 19 grados y cortes de electricidad si necesario.

Total, todos estamos esperando el frío con aprensión.

Algunos compraron radiadores para compensar los nuevos límites de las calefacciones colectivas (sin pensar que si no hay electricidad, no tendrán utilidad). Otros compran plumones y linternas…

En mi estimable instituto, anunciaron que estudiaban la posibilidad de cerrar las instalaciones mientras los empleados trabajan desde casa. También contemplaron la solución de proporcionar mantas y mitones a los frioleros. Todo eso va sin ton ni son.

Mientras tanto, los burgueses de SoPi (South Pigalle) siguen frecuentando los comercios de la calle de los martirios y los bares y restaurantes de la avenida Trudaine. Por cierto, algunos confiesan que “ya no tienen los medios de viajar lejos”, pero aun así, siguen teniendo una muy buena vida.

Son muchos los parisinos que aprovecharon las vacaciones escolares para escaparse de la Capital. Yo estuve de servicio mientras mis colegas se marchaban y eso no me dejó mucho tiempo para pasear.

Ahora toca pasar unos días en mi casa de campo.

¡Hasta pronto!

Publicado en París | Etiquetado , , , | Deja un comentario

Explorando el barrio chino

Este fin de semana tocaba descubrir la zona que se halla al sureste de la plaza de Italia, bautizada barrio chino porque cuenta con una proporción importante de personas procediendo de los países asiáticos.

Si ya pasé muchas veces al lado de esta zona, nunca me atreví a entrar en las tiendas o a visitar la zona comercial situada al pie de los rascacielos bautizados las Olimpiadas. Por suerte conocí a una caminante empedernida que adora este barrio y que aceptó enseñármelo.

Quedamos en la plaza de Italia y el recorrido pasó primero por el parque de Choisy. Allí los altos árboles y la amplia fuente regalan una muy agradable sensación de fresco. Los vecinos ya recogieron todas las avellanas y unas decenas de ancianos comparten una sesión de taichi.

Luego almorzamos en un restaurante asiático bueno y barato, antes de seguir rumbo a las Olimpiadas para tomar un café en una terraza soleada de su zona comercial. De día, el sitio me pareció muy agradable, pero mi guía me confirmó que de noche es otro cantar y que hay mucha inseguridad.

Después de esta corta etapa, subimos en la plataforma sur para contemplar el jardín compartido, totalmente insólito en este entorno de rascacielos, así como el espacio de las Olimpiadas.

Rumbo abajo, pude visitar el templo budista de la comunidad China y contemplar las 18 estatuas que adornan este espacio. Luego volvimos a la zona comercial central en donde el camino de los peatones discurre en zigzag entre las tiendas. Total, resulta muy complicado controlar su entorno por la cantidad de rincones tapados por los macizos vegetales. Además, varias tiendas parecen abandonadas y no hay mucha gente, lo cual refuerza la sensación de inseguridad.

Para tranquilizarme, mi guía me arrastró rumbo a la parte subterránea en donde se ven varias calles, aparcamientos y zonas de entrega. La pintura blanca de las paredes y roja de las puertas compensa la mala sensación de las basuras abandonadas. Y poco antes de volver al aire libre, pude visitar otro templo budista escondido en este mundo subterráneo.

La vuelta al aire libre fue un auténtico alivio y con gusto visité varias tiendas: una de estatuas y objetos de decoración, otra de vajilla, otra de utensilios de cocina. También entramos en el supermercado Tang en donde me impresionó la cantidad de productos que no conocía y el nivel muy bajo de los precios de los productos conocidos.

El paseo se acabó en una pastelería en donde pude probar un pastel de fruta de Durián, curioso tan de sabor como de perfume, pero interesante.

Y debo muchos agradecimientos a mi guía que me quitó una gran parte de las aprensiones que tenía al pasar por este barrio.

Publicado en París | Etiquetado , , | Deja un comentario

Paréntesis clásico

El teatro de las “Bouffes du Nord” es una sala que se esconde detrás de la fachada de un edificio haussmaniano, cerca de la estación del Norte. Yo descubrí este lugar diez años atrás para ver la cantautora Camille en “la Dama del mar”, una obra de Ibsen.  

Construido en 1876, no luce los oros de otros teatros, pero la sala casi redonda, sus tres niveles de palcos y sus paredes sencillas vestidas de capas antiguas, desprenden una poesía improbable.

Descubrí por casualidad que el cuarteto Talich tocaría varios cuartetos de Dvorak y Shostakóvich en este lugar. Tengo algunas grabaciones impresionantes de este cuarteto de cuerda checo y como todavía quedaban localidades correctas tan de precio como de ubicación, tuve ganas de asistir a este acontecimiento.

Así que el pasado lunes, poco antes de las 20, recorrí el kilómetro de distancia entre mi casa y el teatro y con gusto me instalé en la parte central del primer palco.

Me impresionó la precisión casi diabólica del primer violín, así como la complicidad entre los cuatro músicos. La acústica de la sala es excelente así que pude apreciar muchos detalles que no se perciben al escuchar una grabación.

El concierto se acabó sobre las diez, después de casi dos horas de música y una última pieza bastante alegre. Abandoné mi butaca y pasé por las viejas escaleras rumbo abajo.

Al salir de la sala, volví a la realidad bastante agitada de la gran ciudad y pasé por el puente “Saint-Ange” que franquea los carriles de la estación del Norte.

En la parte central del puente, una centena de migrantes estaban instalando su campamento rudimentario para la noche, conformes con su deseo de quedarse aquí. Mientras tanto los viajeros de la noche pasan por la estación del Norte, puerta hacia otros lugares y todos los sueños que acompañan…

Y mientras caminaba pensé que tendría que otorgarme más paréntesis musicales, entre aquí y otros lugares.

Publicado en París | Etiquetado , , | Deja un comentario

Paseando por el centro de París

Llevaba siglos sin pasar por las galerías del centro de París cuando la demanda de una pareja peruana a la asociación de los parisinos me dio la oportunidad de seguir de nuevo este recorrido.

Para empezar, no recordaba cuanto tiempo tardaba la caminata para llegar al punto de encuentro. Total, llegué con bastante antelación para visitar la fantástica mercería de la calle de Choiseul y comprar algunos parches de tela bordados.

A la hora en punto, los paseantes peruanos aparecieron y pudimos empezar el recorrido del día, escudriñando de paso todos los cambios provocados por los diferentes periodos de confinamiento.

En la galería de Choiseul, noté que la cristalera parecía bastante nueva y ya no se ven los desordenes provocados por las fugas de agua. Si algunas tiendas quedaron desocupadas durante algunos meses, ahora hay de nuevo une colección impresionante de comercios de todas clases.

Si la galería Colbert sigue muy tranquila, había cola para visitar las salas renovadas de la Biblioteca nacional.

En cambio, varios detalles cambiaron en la galería Vivienne. Para empezar, también reformaron las diferentes cristaleras y las pinturas. Si varios comercios desaparecieron, otros se extendieron, pero el sitio parece un poco dormido. Confieso que contemplé el escaparate de la tienda de gafas, pero de momento no la visité 😊

Más adelante, recorrimos una parte de la calle del Mail y constatamos que casi todas las tiendas de decoración superaron la crisis de la pandemia.

Noté varios cambios entre las tiendas del Palacio Real. Pero lo que más interesó a mis acompañantes fue la sesión de fotos con modelos entre las columnas de Buren.

Seguimos por la galería Verot-Dodat rumbo a la Bolsa del comercio transformada en museo por un empresario adinerado.

En el hiper centro de la capital, siempre hay mucha vida y no vi muchos locales abandonados.

Pero en el pasaje del Ancla, constaté que PEPS, el reparador de paraguas, desapareció. Imaginó que se jubiló y que las circunstancias no le permitieron de encontrar a un sucesor.

Nuestro paseo se acabó en una terraza al lado del Mercado de los niños rojos y tuvimos una charla muy agradable.

Luego mis acompañantes siguieron rumbo a la plaza de los Vosgos mientras volvía a mi barrio rebelde.

Publicado en París | Etiquetado , , , , | Deja un comentario