¡De luto y de pie!

Son muchos los que ya se enteraron de los lamentables acontecimientos que ocurrieron en París en los últimos días.

Para la gente de mi generación, el ataque contra la sede de Charlie Hebdo fue una auténtica conmoción porque lo percibimos primero como un atentado en contra de algo que chupamos con el biberón : la libertad de pensamiento y de expresión, establecida como uno de los derechos más preciosos del ser humano por la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789.
Luego publicaron la lista de las victimas y entre ellas Wolinski y Cabu.
Ambos formaban parte de este grupo de autores representativos del espíritu contestatario y libertario de 1968. Pero Cabu también era un verdadero artista y sus dibujos desprendían mucha humanidad y mucha ternura hacia la gente.

El pasado miércoles participé a la concentración en la plaza de la república y hoy fui a la marcha silenciosa.
Frente a la barbarie, la única respuesta es seguir de pie, combatiendo sin parar la ignorancia y el fanatismo.

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¡Adelante 2015!

Navidad, Año Nuevo y hoy Epifanía… Se acabaron las fiestas y sus exageraciones comestibles (con los kilos extras asociados…) y el camarero se queda solito detrás de la barra.

Ahora tocaría enunciar algunas buenas intenciones a nuestro alcance.
Tras pensarlo un rato y vacilar entre cumplir o no esta costumbre, escogí una buena intención que me cae bien:

¡Ralentizar!

Aproveché esas dos semanas de vacaciones para restaurar unos viejos muebles y realizar varias manualidades. Estas actividades necesitan paciencia y tiempo, y casi siempre se requieren los consejos sabios de algún manitas. Al fin y al cabo estas tareas proporcionan muchas satisfacciones.
Sólo falta preservar tiempo y espacio para eso… 🙂

Pasado mañana volveré a París… A ver si consigo conservar este ritmo.

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¡Felices fiestas!

Con estos árboles de Navidad instalados en el patio de una galería de los Campos Eliseos, os deseo a todos lo mejor para el 2015.

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Última semana sin fiesta

A pesar de llevar ya muchos años en París, todavía hay salas de espectáculos que no conozco. Esta semana tocaba descubrir Bobino, calle de la Gaîté, justo al lado de Montparnasse.

El sitio fue creado al final del siglo 19 y albergó a lo largo del siglo 20 a los artistas más importantes de la canción francesa. Reconstruido en 1985, reformado en 2010, Bobino propone actuaciones en solitario, conciertos y espectáculos musicales.
Yo me dejé atrapar por el cartel de un espectáculo de los Chicos Mambo, titulado Tutu y quise verlo.
Esta nueva creación coreográfica de Philippe Lafeuille pone en escena a seis bailarines y un espectro negro con cámara. En una veintena de secuencias, aprovechan su impresionante maestría para proponer parodias divertidísimas del ballet clásico, de la danza deportiva o contemporánea… Me encantaron los vestidos pero lo que realmente me impresionó fue ver como estos hombres, disfrazados de mujer, se apropiaban modales femeninos. Me partí de risa en varias ocasiones y eso me llenó de energía positiva 🙂

Al día siguiente noté un cartel publicitario anunciando, en un barrio desfavorecido del noreste parisino, que el Papá Noel estaba en la margen izquierda… Por suerte algunas asociaciones organizaron una sesión especial en el cinema Louxor para los niños que no visita el hombre rojo.

El sábado, todos los almacenes parisinos estaban a tope de clientes en busca de algunos regalos. Yo conseguí vender (por medio de un sitio de segunda mano), una jarra de Gien a una compradora en busca de regalos baratos. (Sólo quedan una decena de jarras en casa…).

Y hoy, cuando salí de casa, noté en el metro una cantidad increíble de gente con maletas. Muchos parisinos se marchan de la capital para celebrar la Navidad con su familia y la mayoría viaja en tren.
Yo pasaré unos días en mi refugio de Borgoña.
¡Hasta pronto!

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Cultivando el espíritu crítico

No hay duda, se acerca el invierno. Ya llevamos varios días con apenas 5 grados pero por lo menos pudimos ver un trozo de cielo azul con sol y doña luna se dejó admirar un par de veces.

En el cine de mi barrio, presentaron la tercera y última obra de los encuentros del « Magreb de las películas ». Titulada « Los embajadores » y rodada en 1975, cuenta la vida cotidiana de los argelinos instalados en el barrio de la Goutte d’or. Trabajos duros, habitaciones superpobladas y agresiones repetidas de la población local que llega hasta el asesinato…
Si muchas cosas mejoraron, todavía queda mucho camino por hacer.

El viernes pude asistir a un debate acerca del trabajo los domingos.
En París el tema de ampliar las zonas de actividades turísticas, en donde los comercios pueden abrir todos los domingos, forma parte de las cuestiones de actualidad y me interesaba escuchar a los conferenciantes invitados.
Para empezar, una concejala de París presentó el trabajo realizado por la misión creada por la alcaldesa sobre el tema.
Resulta que ya funcionan 80 mercadillos y que 59000 personas ya trabajan todos los domingos.
Entre las siete zonas turísticas que ya existen, la del viaducto de las artes no tiene éxito. Además la mayoría de los turistas que pasan por París viaja con operadores turísticos que programan las visitas conforme con los horarios y días de apertura. Y ni los turistas ni los parisinos tienen un presupuesto sin límite.
Entre los empleados de los comercios, son muchas las mujeres solas con niños. Para ellas, trabajar los domingos significa gastar el extra de ese día para el cuidado de los niños y perder la posibilidad de compartir tiempo con ellos.
Al fin y al cabo, el trabajo de los domingos no presentaría tantas ventajas como anuncian en la prensa.

El conferenciante siguiente trabajaba como inspector del trabajo antes de jubilarse. Compartió con nosotros varias anécdotas de su vida laboral antes de precisar varios conceptos acerca del código del trabajo.

Y por último escuchamos a una representante sindical de los empleados de un gran almacén. Explicó que cuando se ampliaron los horarios de apertura, no hubo nuevas contrataciones. Los empleados del almacén tuvieron que suplir la ausencia de personal y, tras unos meses, la dirección declaró que la experiencia no era rentable y volvió a los horarios anteriores.

Por cierto, todo eso es una reseña cortita de todo lo que contaron los conferenciantes. Pero aprendí varias cosas y quise compartirlas con vosotros.

Hoy, domingo, en la zona turística de los Campos Eliseos, todas las tiendas estaban abiertas. En la parte baja, instalaron casitas blancas y había un caos de gente.

Volví a casa corriendo…

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