El paseo de los Belgas

El jueves fue cuando me llegó un mail de la asociación de los parisinos para organizar un paseo este mismo fín de semana. Normalmente te avisan con una o dos semanas de antelación y era la primera vez que me solicitaban casi en el último momento.
Fín de semana alargado de Pascuas, un grupo de belgas, una visita en francés… propuse el recorrido básico por la colina de Montmartre, el sábado por la tarde. Al no conseguir respuesta de la asociación, ya tenían otro compromiso así que en un plis plas electrónico aplazamos la cita al domingo.

Este grupo me gustó enseguida.
A la hora en punto me llamaron por teléfono para decirme que estaban en uno de los cafés de la plaza y cuando los encontré, quedó claro que no podían empezar el paseo enseguida ya que no habían acabado con las cervezas y me regalaron un café.
Me explicaron que los tres hombres eran amigos desde niños y dos venían acompañados por sus mujeres.
Ya habían probado el Open Tour y al día siguiente planeaban un paseo en bici eléctrica… o sea gente en busca de turismo alternativo.

Acabadas las cervezas pudimos entablar el recorrido y pude comprobar una vez más que los mismos elementos provocan reacciones muy diferentes.

Frente a la pared de los «Te quiero» me enseñaron las formas de Holanda y de Flandes.
Dalida, la doña de Montmartre, formaba parte de su universo musical.
Y el molino Radet les resultó una anomalía ya que al estar rodeado de edificios no podía coger viento…

En la plaza de los pintores, por ser domingo de Pascuas, experimentamos un impresionante atasco peatonal y recuperamos fuerzas al pie de la calle Maurice Utrillo, con cervezas… evidentemente.

Tiempo primaveral, día sin prisa, prolongamos el recorrido rumbo al canal Saint Martin en donde les dejé disfrutar de la dolce vita parisina a su ritmo.

¡Otro domingo bien empleado!

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