Aproveché un nuevo sábado soleado para seguir explorando los distritos de la orilla izquierda.
El recorrido empezó al salir de la estación de metro Mouton-Duvernet y entrar en la calle Brezin. Se confirmaron las sensaciones de la semana pasada: se trata de un barrio residencial cuyos inquilinos no tienen problemas de dinero y pueden comprar lo que necesitan en los comercios del vecindario.
Más adelante, la avenida du Maine es un eje importante de tráfico automóvil y tuve la sensación de que se trataba de una de estas fronteras invisibles de las grandes ciudades.
Traspasando esta frontera, uno descubre una zona muy heterogénea en donde los edificios haussmanianos están al lado de edificios modernos de más de 10 plantas mientras algunas manzanas conservan sus construcciones obreras de otros tiempos.
Todavía quedan muchas cosas por explorar, pero el muy tranquilo jardín del moulin-des-trois-cornets, instalado en el centro de una manzana, me llevó a pensar que vivir en esta zona será muy agradable.
Luego pasé por la avenida du Maine y noté que varias tiendas de muebles de diseño se instalaron en esta zona queda claro que aquí hay más dinero que en el Faubourg Saint Antoine…
Al llegar a la salida Este de la estación Montparnasse, la escalera me recordó que años atrás, me senté en estos escalones al lado de un pequeño mueble comprado en Toledo y transportado por parte en coche y luego en tren. El amigo que me acompañaba recuperó su coche aparcado en una zona tranquila y luego pudo llevarme a casa con este mueble sigo apreciando.
Después de este momento de topografía recordatoria, pasé al pie de la torre Montparnasse antes de seguir por la calle de Rennes rumbo a la calle de Vaugirard.
Con sus 4360 metros, la calle de Vaugirard es la más larga de París. A partir de la calle de Rennes, comunica el jardín del Luxemburgo, el Senado y se acaba el pie de la universidad de la Sorbonne.
Llevaba siglos sin pasar por esta plaza y constaté que el espacio de la antigua tienda de las Prensas universitarias de Francia ahora alberga une tienda de juguetes. En la calle Champollion, constaté que los cines de artes y ensayos siguen funcionando, antes de seguir rumbo al Sena para mirar las obras de restauración de la catedral. ¡Progresa!
Hoy pasé por el mercadillo instalado al lado de la universidad de Jussieu. Pocos anticuarios, mucha gente de a pie… y varios vendedores quejándose porque no habían vendido muchas cosas…
En el centro de París había gente por todas partes, disfrutando este primer rayo de sol primaveral. Y se oían muchas charlas acerca de los acontecimientos de Ucrania…