Desde Monceau hasta el Louvre

Tenía ganas de ver cómo va la vida en los barrios de categoría y así fue como me paré en la estación de metro Courcelles para descubrir una parte del muy selecto distrito VIII.

Los 35000 habitantes de este distrito tienen el promedio de ingresos mas elevado de la capital. Y el distrito cuenta con 180000 empleos, lo cual representa mas o menos el décimo de los empleos parisinos.

Estas características no son anodinas y algo se nota al recorrer las calles de esta zona.

Para empezar, no se ven muchas tiendas de productos ordinarios de la vida cotidiana. Pero los escasos habitantes podrán hacer las compras en la gran avenida comercial de los Campos Elíseos.

Lo que se ve mucho en cambio son personas aprovechando una pausa en la acera al pie de su oficina para fumar un cigarrillo o tener una charla privada por teléfono. Sobra decir que esta gente no desprende mucha alegría de vivir.

En la gran avenida de Messine, tuve la sensación de que todos los edificios fueron convertidos en oficinas y que no quedan habitantes. Y mas adelante, el vecindario del ministerio del interior tampoco parece muy acogedor. Por suerte, pronto llegué a la zona de la Madeleine mucho más animado.

Abandoné el distrito VIII para explorar la parte Este del distrito I y tuve la suerte de encontrar la iglesia polaca abierta.

Esta iglesia cuya forma parece casi cuadrada exteriormente, tiene une forma redonda por dentro, de diámetro modesto y tiene un toque intimista asombroso. Me encantaron los volúmenes de esta iglesia y su decoración a la vez digna y sobria.

Más adelante, pasé delante del Tribunal de cuentas antes de seguir rumbo al mercado Saint Honoré.

En este lugar ya no se ve el edificio de vidrio que ocupaba el centro del antiguo mercado. La zona está en obras y no vi carteles explicando el nuevo proyecto. Por suerte todavía se ven comercios bastante acogedores en donde uno puede sentar para tomar algo.

Siguiendo rumbo al Este, noté que en varias manzanas estaban haciendo obras de transformación bastante impresionantes. En estas calles que bordean la muy turística zona del Louvre, todos se preparan para la temporada de los juegos olímpicos…

Y para bien acabar el paseo, visité la iglesia de Saint Germain l’Auxerrois, bastante clásica, cuyo elemento más impresionante es un retablo de madera esculpida visible desde el deambulatorio.

 Pero ya tenía mi cuenta de kilómetros…

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