La cerradura por obras de la línea 14 me llevó a viajar por la línea 6 y tuve ganas de volver a ver una parte del distrito XVI que descubrí al participar a un juego de pista.
Viajé en metro hacia la estación Passy, admirando la torre Eiffel al franquear el puente de Bir-Hakeim.
La estación Passy comunica una calle empinada bordeada de edificios de categoría y de un pequeño jardín. Rumbo abajo, uno llega a la orilla del Sena, rumbo arriba se encuentran la calle de Passy y sus numerosos comercios.
Yo preferí seguir la calle Raynouard. A mano izquierda, eché un vistazo al pasaje de las aguas, pero no tuve ganas de perderme por estas escaleras. Preferí seguir rumbo al edificio de Auguste Perret. En esta parte de la colina de Passy, se ve una sucesión de edificios de estilo Arte Deco mirando el Sena.
Mas adelante, me paré un rato para contemplar el jardín de la casa de Balzac.
Pasé al lado del edificio de Radio France, visité un modesto jardín publicar antes de admirar el Castel Béranger. Siguiendo por la calle Poussin, descubrí la entrada principal de la villa de Montmorency, un condominio muy protegido que alberga millonarios y celebridades…
Seguí rumbo al norte por el bulevar de Montmorency en donde descubrí el taller del escultor René Quivilic. Desgraciadamente, no hay informaciones sobre las posibilidades de visitas de este espacio.
En el bulevar de Beauséjour, constaté que no derribaron las isbas antes de seguir por la calle de la Pompe.
Esta calle relativamente larga comunica la iglesia de la misión católica española, el ayuntamiento del distrito XVI, el muy famoso liceo Jeanson de Sailly y comercios de categoría. Se acaba el llegar a la Avenida Foch.
Esta avenida es una curiosidad. Es una vía cuya anchura ronda 120 metros, con una parte central de dos filas en cada sentido, bordeada por zonas ajardinadas que la separan de las vías laterales de acceso a los edificios. Al pasar por allí tuve la sensación de caminar al lado de una autopista… Por suerte pronto llegué a la plaza del Arco del triunfo.
En este punto, las largas distancias del distrito XVI habían acabado con mis capacidades andariegas. Así que seguí viajando en uno de estos autobuses que llevan directamente a casa.