El recorrido del miercoles pasó justo delante de la pastelería de Sadaharu Aoki. No quedaba más remedio que extraviarse un rato para probar sus pasteles.
Aunque la tienda sea pequeña, dispone de tres mesitas en donde uno puedo instalarse para una degustación en el mismo sitio. Total, escogimos cuatro pasteles para dos y pudimos entablar el estudio…
Empezamos por la tarta de caramelo salado (pastaflora, caramelo de sal de guérande, crema de chocolate con leche) y fue realmente un agradable descubrimiento.
Seguimos con el Chocolat Praline (bizcocho de chocolate, bizcocho de almendras, hojaldre de praliné, crema de praliné, crema de chocolate con leche) y este pastel nos decepcionó. Queda claro que no son sabores muy originales pero por el precio esperábamos algo más refinado.
El siguiente fue la tarta de limón (pastaflora, crema de limón, hojaldre de praliné) y el resultado nos pareció digno de los mejores pasteleros. Pero por conocer la tarta de limón de Pierre Hermé, no le otorgamos el premio.
Acabamos por el Citron Praliné (macarrón de limón, crema de chocolate blanco con limón, hojaldre de praliné) y fue de nuevo una grata sorpresa a la vez por el sabor y por la composición.
Al final me marché de la tienda con la sensación que tendré que hacer otra sesión de degustación, para probar los pasteles a base de te verde o de macha…
¡Golosos de todos los países, uníos!
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La verdad es que siempre existieron tiendas de alta repostería pero es cuestión de identificarlas, de reunir algo de dinero (no tanto) y de aventurarse a probarlas.
Y de una a otra, no es tan largo el camino 🙂
Te envidio Caol,se me ha hecho la boca agua. Cuando yo vivía en París no había tanta variedad de pasteles.Solo se podian degustar des choux et de tartes de fruits. Ahora bien la bolleria como les pains raisins, les chaussons aux pommes eran extraordinarios ah ¡¡ y los coissants. Hasta pronto.
Me uno sin condiciones!!!
Caol estoy leyendo, y al mismo tiempo imaginando como seran estas delicias, tengo una lista de delicatessen parisinas que no pienso perderme en mi próximo viaje a Paris.
No quiero hacerme pesada y reiterativa pero, para mí tu página ha supuesto un soplo de aire, lleno de fragancias florales, citricas, picantes y sobre todo humanistas… todavia hay motivos para creer en las personas. Merci, Merci.