Paseando…

El lunes por la mañana, sobre las 10, mi camino del día pasaba al pie del Sagrado Corazón. El barrio de montmartre estaba despertando, preparándose a la visita de los turistas. Desgraciadamente no pude pararme y disfrutar este rato a destiempo pero ya sabía que me esperaba otro paseo el miércoles.

Ese día me marché de la oficina en medio día rumbo al punto de encuentro con los visitantes del día. De paso, me paré en la tienda de Hermé en la avenida de la Ópera para comprobar que sus macarrones siguen riquísimos. Y como quedaba tiempo, también pasé por varias tiendas que conozco pero fui muy razonable.
A las dos y pico fue cuando llegaron mis visitantes: una estimable doña sexagenaria viajando con su nieta quinceañera. El principio del paseo fue bastante normalito: pasamos por las galerias del distrito 2 antes de pasear por los jardines del Palacio Real. Pero todo cambió cuando llegamos a la zona des Halles.
Hicimos una muy agradable pausa en una heladería de la calle Montorgueil y antes de seguir paseando me enseñaron la lista de tiendas recomendadas por el padre de la adolescente. Confieso que algunas direcciones me asombraron pero como también me explicaron que París resultaba más barato que Buenos Aires, abandonamos el recorrido previsto para ir de compras.

Si encontrar zapatos para la abuela fue bastante fácil, contentar a la quinceañera resultó más complicado.
Pasamos por los almacenes de stock de ropa de la calle Reaumur pero ya se había trasladado una de las marcas recomendadas. Entonces visitamos la tienda «vintage story 66» en la calle Saint Denis.
No sé cuantas cosas probó la nieta ni cuanto tiempo tardó para eso. Sólo sé que su abuela y yo nos sentamos con mucho gusto en el sofa instalado en frente de las filas de probadores justo al lado del ventilador… 🙂

Desgraciadamente, la cosecha fue muy escasa así que las llevé en el centro comercial de les Halles en la tienda de Zara.
Allí encontramos una cantidad increíble de clientes atraídas por las rebajas y por el aire acondicionado.
Cola para los probadores, cola para pagar… Abandoné mis visitantes tras agradecerles por esta estupenda oportunidad de descubrir nuevos aspectos de la capital 😀

Si descarto las temperaturas muy altas, el resto de la semana fue más ordinario.
Los parisinos que se marchaban de vacaciones enfrentaron kilómetros de atascos mientras los demás inauguraban París playa.
De momento, yo intento adaptarme a los 33 grados que tenemos desde ayer y pruebo todo los trucos posibles para que mi casa se quede fresquita…
A ver si sobrevivo 🙂

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