Este fin de semana, el parque floral albergaba dos exposiciones contiguas “Vivir de otra manera” y “permacultura”. Pensé que eso merecía una visita, pedí una entrada gratuita y me otorgué une tarde libre…
Cuando llegué ya era hora de almorzar y muchos visitantes estaban buscando un sitio para comer o por lo menos comprar un bocadillo. En la parte “Vivir de otra manera” encontré una gran cantidad de productos alternativos, desde el colchón de algodón, hacia aceites esenciales, con una gran variedad de dispositivos para mejorar el aire, el agua, el sueño, la comida… Por suerte encontré una caseta que vendía quesos de ovejo del País Vasco… y no pude resistir 😊
En la parte “permacultura” vi semillas de todas clases, así como abonos naturales, pero lo que más me interesaba era la instalación de una pequeña empresa del sur de Francia, que propone ollas porosas para ahorrar el agua de regadío. Ya experimenté sus productos en mi casa de Borgoña y quería comprar algunos para las macetas de mi balcón. Pude comprar todo lo que quería en un plis plas y, después de pasar una última vez entre las casetas, preferí salir y sentarme en la terraza muy agradable del café que se halla en el parque.
El sábado quise hacer un largo recorrido desde el extremo Sur de París hasta el centro de la ciudad.
Este punto extremo se llama la “porte d’Orleans” y allí es donde empieza una de las carreteras que lleva hacia el sur de Francia. Yo preferí seguir el ancho bulevar Brune rumbo al Oeste.
Esta vía muy ancha comunica varias manzanas de viviendas sociales, así como instalaciones deportivas. La instalación del tranvía en su parte central transformó esta casi autopista urbana en una vía apaciguada, con comercios y peatones. Yo seguí caminando hasta la puerta de Vanves, en donde giré a la calle Raymond Losserand.
Esta calle de 1640 metros tiene una parte con muchos comercios y al mirar los escaparates, piensas que la gente de este barrio no tendrá problemas para llegar a fin de mes.
Más adelante seguí una parte del bulevar du Maine antes de girar a la calle de la Gaîté. Esta vía es muy especial porque comunica varios teatros y los restaurantes y bares asociados. Ayer, se veían muchos grupos de hinchas de los equipos de rugby de Francia e Inglaterra, esperando la hora de la confrontación del día.
A continuación, la calle de Montparnasse se parece cada día más a una calle de las creperías.
Luego pasé por la muy tranquila calle Madame que me llevó a la calle du Four y al caos de la calle de Bucy.
Preferí escaparme por la calle de Seine en donde los galeristas habían colgado pantallas de tela para atraer a los paseantes.
Hoy pasé por el mercadillo vecinal instalado en la avenida Secretan, muy diferente del universo de los galeristas. Muchas personas proponían trastos de todas clases y esperaban ganar unos euros…
Pero Francia derrotó a Inglaterra, consiguiendo el Grand Slam, y lo demás no importa…