Un cielo blanco aplastante

Últimamente, un conocido me habló de una pastelería que no conocía y cuya especialidad es una mezcla de merengue y crema. Sentí mucha curiosidad y pasé por la tienda que se halla en la plaza de Aligre. Bautizada “Aux merveilleux”, propone estos pasteles que ahora se llaman “maravillosos” porque su antigua designación (tête de nègre) fue considerada como racista.

Escogí una cajita de seis mini pasteles de seis sabores distintos y un sétimo sabor para comer inmediatamente. Cada pastelito corresponde mas o menos a dos bocados. Esta experiencia de precio razonable fue una grata sorpresa. Y como hay una tienda relativamente cerca de mi oficina, creo que repetiré…

Al día siguiente, pasé por la calle de Crimée y me decepcionó la pastelería que se halla al lado del metro Botzaris: cambiaron su oferta de pasteles y ya no proponen los que prefería.

Y el jueves decidí que no volvería a una tienda del bulevar Diderot para comprar pan porque las dependientes no prestan atención a las demandas de sus clientes…

El viernes, por fin recibí las mantas de lana procediendo de los Pirineos. Ahora mis gatas y yo podremos superar el frio si tenemos cortes de electricidad como lo anuncia el gobierno galo.

Ayer, por fin pude caminar de día, a pesar de un cielo blanco aplastante bastante desmoralizador, pero por suerte sin lluvia. Provoqué la inquietud de un policía al pasar al pie de la torre de la justicia, porque en este lugar no se ven muchos peatones. Admiré los colores otoñales rojizos de algunos árboles. En varias tiendas se notaba la efervescencia de la búsqueda de regalos asequibles.

Hoy visité un primer mercadillo instalado cerca del Poteau. Entre las casillas, volví a encontrar la estatua de Betty Boop admirada una semana atrás, en la plaza de la Bastille. Pero su dueño seguía con pretensiones tarifarias exageradas.

Luego seguí rumbo a la calle de Courcelles, en donde otro mercadillo presentaba objetos más selectos. Pero en esta parte muy burguesa del distrito XVII, no había muchos clientes.

El cielo blanco aplastando y el frio del día me quitaron las ganas de seguir caminando…

A ver si tenemos un rayo de sol en la semana que viene…

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