Fronteras

Aproveché un fin de día de teletrabajo para recorrer la calle que camina justo al norte del periférico, desde la puerta des poissonniers hasta la puerta Pouchet. Esta calle forma parte del territorio de París, pero todas las parcelas que se hallan al Norte de la calle pertenecen a municipios limítrofes.

La primera parte de esta calle frontera comunica varios edificios de ladrillos de cinco o seis plantas, con jardines, zonas de juegos para los niños, aparcamientos y relativamente protegidos del zumbido del periférico por unos altos árboles. Estas construcciones forman parte de las viviendas sociales de la ciudad de Saint-Ouen.

Al acercarse de la puerta de Clignancourt, se ven más empresas, menos viviendas y atascos de fin de tarde.

Más adelante, ya entramos en la zona que se llama mercado de las pulgas y la calle que bordea el periférico cuenta con una gran cantidad de tiendas que proponen prendas y zapatos. Curiosamente, casi todas las tiendas estaban abiertas, pero se veían menos clientes que durante los fines de semana.

Generalmente, sigo esta calle a partir del mercado Malik rumbo a la puerta de Clignancourt, pero ese día seguí caminando rumbo al Este y descubrí un auténtico “mercado de la miseria”, con gente vendiendo trastos de todas clases, conservas, jabones, mantas, …

A partir de la puerta de Saint-Ouen, descubrí una zona de chabolas, pegada al talud del periférico, en frente de unos edificios de oficinas en obras. Y pronto pasé debajo de la autopista frontera para llegar Porte Pouchet.

Esta exploración me animó a leer de nuevo una obra de Jean Rolin, titulada “la valla” y seguí explorando la frontera norte de París rumbo a la puerta de la Villette.

En esta parte de París, las vías férreas procediendo de la estación del Este crean una auténtica frontera entre la capital y sus orillas más o menos acogedoras. La calle de la clôture bordea estas vías, pero también se ven un circo, una estación de tranvía bautizada “Ella Fitzgerald” y la fachada Sur de un eco-barrio instalado en la orilla del canal del Ourcq.

El canal crea una frontera extra, pero por suerte encontré un puente muy cerca.

Caminando por la orilla del canal y pasando debajo del periférico, pude admirar a los grandes molinos y seguir rumbo al parque de la Villette.

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