Puente número 2

Dicen que por los puentes de Mayo, Francia funciona al ralentí y este año me parece particularmente acertado: poca gente en los transportes, poca gente en las calles y pocos clientes en los almacenes…
Por cierto el tiempo inestable no invita a salir de casa. Pero esta tranquilidad se nota también en los lugares turísticos.

Ayer, a modo de paseo para facilitar la digestión, di una vuelta por Montmartre sobre las 21. A pesar de ser sábado, había poca gente en los restaurantes y en la calle de las abadesas, quedaba espacio en todas las terrazas.

En la plaza du Tertre, los cafes y restaurantes ya invadieron dos tercios de la plaza pero sus terrazas quedaban vacías y los retratistas no tenían muchos clientes.
Delante del sagrado corazón, el cantante de turno interesaba apenas a una centena de personas.
Se notaba la misma tranquilidad en la pequeña plaza que se halla al pie de la escalera Maurice Utrillo.
Encontré vidilla al llegar a la calle de Clignancourt en donde varios bares atraen a los jóvenes parisinos, pero nada de la animación que pude constatar en otras ocasiones.

Y yo empiezo a pensar que esta relativa tranquilidad es la consecuencia directa de los recortes anunciados por el gobierno…
Congelan sueldos y pensiones, reducen las ayudas sociales y mientras tanto, para todos los que acaban de rellenar la declaración de la renta y de calcular los impuestos que tendrán que pagar, resulta evidente que disminuye el poder adquisitivo. Y frente a una situación que se degrada, los franceses suelen reducir los gastos y aumentar los ahorros.
¡Espero equivocarme!

Publicado en París | Etiquetado , , | Deja un comentario

Puente número 1

¡Uno de mayo, día internacional de los trabajadores!
Aproveché un rayo de sol para comprar el muguete tradicional a unos camaradas y participar a la charla política del día. Luego me dejé caer hasta Bastille, punto de salida de la gran manifestación parisina.

Cuando pasé por allí, todavía había espacio en la plaza pero la calle del Faubourg Saint-Antoine ya estaba a tope de gente. Dicen que 65000 personas participaron a esta manifestación y eso me parece conforme con lo que vi. Pero también noté un ambiente entre apagado y tristón, y las últimas medidas «asumidas» del primer ministro franco-catalán no mejoran las cosas…
Pasé dos horas pateando en medio del desfile antes de marcharme por una calle perpendicular, rumbo a la pastelería del barrio 🙂

Aproveché los días siguientes para pasear e ir de tiendas.

Para empezar pasé de nuevo por los jardines de los archivos nacionales. Exploré todos los rincones y la tranquilidad de este lugar me encantó otra vez.

Luego visité la zona des Halles y constaté con alegría que la canopea ya empieza a tener buena pinta, que los parisinos ya se apoderaron de la parte accesible de los jardines y que la estatua que tanto me gusta se ve de nuevo…
También visité varias zapaterías pero ya no se hacen zapatos de cuero que aguanten la lluvia…

Hoy tocaba participar con un grupo de amigos al mercadillo que organizaban a tres manzanas de mi casa.
Alquilamos un espacio de dos metros de ancho, instalamos mesitas para presentar nuestras cosas y pasamos todo el día regateando…

Si no conseguimos vender todo lo que presentamos, por lo menos encontramos clientes para varios objetos improbables. Yo vendí una garrafa en forma de tucán, otro colocó un elefante de madera y no menciono los demás trastos…
Si no nos forramos, por lo menos podremos comprar algunos botes de pintura para seguir reformando el local de nuestra asociación.

Y ahora toca descansar un poco antes de enfrentar otra larga semana de tres días…

Publicado en París | Etiquetado , , , , | Deja un comentario

Chapoteando

Estos últimos días el cielo se puso guasón, regalando alternativamente rayitos de sol tentadores y chaparrones que te congelan. Si eso me quito las ganas de callejear, me dio la oportunidad de probar el café del número 45 de la calle des Francs Bourgeois y de saborear un chocolate caliente riquísimo.

El mismo día tuve que visitar la estación Saint Lazare y una vez más me impresionaron las transformaciones que constato cada vez que paso por una de las estaciones parisinas.
Saint-Lazare alberga los trenes de cercanías que comunican el Oeste de París y los trenes interregionales que llevan a las playas de Normandía. Su clientela tiene globalmente más dinero que la que se ve en otras estaciones y se nota en un montón de detalles.
Para empezar, su triste nave transversal fue transformada en un centro comercial de tres plantas en donde todas las marcas de moda tienen su tienda.
En una de las plataformas, instalaron un piano de acceso libre y cuando pasé, un grupito alentaba al músico del momento. Supongo que eso será una manera de inyectar una parte de humanidad en medio de este templo del consumo.
Mientras esperas la llegada de algún tren, puedes sentarte y pedalear en frente de una mesa alta con enchufe. No sé si el esfuerzo físico produce la electricidad del enchufe pero imagino que será otra manera de tener la conciencia «verde» tranquila a buen precio…
Por suerte tenía un libro interesante en mi morral y la espera se hizo muy corta. Mi cómplice del día llegó y si nos costó encontrar la salida hacia la calle, con gusto nos escapamos de este lugar.

Durante el resto de la semana, disfruté la relativa tranquilidad de las vacaciones escolares: menos gente en el trabajo, menos gente en los transportes y casi exclusivamente dibujos animados en el cine de mi barrio…
Por suerte presentaban la última obra de Bill Plympton, «les amants électriques», y pasé un excelente rato.

Hoy me quedé con las gatas, contemplando el balanceo de las primeras flores de la madreselva bajo el viento y la lluvia. Las plantitas del trueque verde ya empiezan a crecer…

Publicado en París | Etiquetado , | Deja un comentario

Algunos descubrimientos

Las peregrinaciones de la semana me regalaron varios descubrimientos.

Así, al pasar por la calle Saint-Denis entre semana, pude entrar en el estrecho pasaje cubierto del Ponceau y recorrerlo hasta el bulevar de Sebastopol. Poca luz en esta galería en donde se ven esencialmente mayoristas de ropa y varios locales dedicados a la música (instrumentos, asociación, clases de guitarra…). Desgraciadamente pasé a las 10 de la mañana y el sitio todavía no tenía mucha vida.

Al pasar por la calle de Gravilliers, constaté con sorpresa que todavía había una carnicería, con muy buena pinta. Poco después, pude descubrir el pasaje que lleva a la calle Chapon. Aquí se instalaron dos galerías de arte y eso confirma que la parte norte del Marais sigue transformándose…

También pasé por la calle Michel Le Comte en donde crearon un sitio que se llama el cafe de los gatos y en donde puedes compartir un rato con los gatos del café mientras tomas una copa. Con las vacaciones escolares el sitio estaba a tope de clientes y me explicaron que era preciso reservar para tener una oportunidad de entrar. Pero al vivir en la casa de dos gatas, no tengo ansias suficientes de acariciar un gato como para reservar…

Hoy quise visitar la exposición que el museo de arte y de historia del judaísmo dedica al gran dibujante Marcel Gotlib. Entre las creaciones de este historietista toca menciona el perro Gai-Luron y Superdupont superheroe francés con boina, flauta y camembert y por supuesto chauvinista.
La exposición contaba con una cantidad impresionante de dibujos originales y con varios documentales. Desgraciadamente las salas relativamente pequeñas no daban la posibilidad de disfrutar de este material a gusto. Así que tras hora y media explorando varios rincones, me cansé y me marché del museo.

Unas cuadras más allá, entré en el patio del palacete de Soubise y atravesé el conjunto de jardines abiertos al público desde junio del 2011. La verdad es que este sitio es muy apacible pero ya era tarde y seguí caminando.

Y al escoger la imagen de la semana, destaqué la luz del atardecer en la plaza de los Vosgos.

París es una ciudad muy bonita…

Publicado en París | Etiquetado , , , | 1 comentario

De tiendas…

Tras una semana de mucha agitación, pude dedicar el viernes a pasear e ir de tiendas con una amiga.
Salimos sobre las 10 de la mañana, cuando los niños ya están en la escuela y los oficinistas en sus despachos. En la plaza de la Bastille, la ciudad casi tenía su ritmo normal pero un autobus pronto nos llevó rumbo a Montparnasse.

Para quien quiere enterarse de las últimas tendencias de la moda parisina, recorrer la calle de Rennes es una solución bastante eficaz ya que alberga tiendas de todas categorías.
Examinamos varios escaparates de prendas y llegamos a la conclusión que seguiríamos fuera de juego 🙂
Luego entramos en varias tiendas de utensilios de cocina, y si no encontramos los objetos sobrios y prácticos que sirven realmente en cualquier cocina, mi amiga consiguió un mantel y mini tarros de cristal.
Pero ya llegaba la hora de almorzar y preferimos cambiar de barrio. Así que al pie de la iglesia de Saint Germain, subimos en el primer autobus que se presentó y pronto llegamos al bulevar Haussmann y a la zona de los grandes almacenes.

Un rayo de sol, una terraza con menúes asequibles y pasamos un buen rato contemplando el movimiento incesante de esta zona requete comercial…

Para facilitar la digestión seguimos rumbo a la calle des martyrs en donde uno puede encontrar algunas tiendas menos estereotipadas que en otros sitios.
Aqui viven jóvenes activos con un alto poder adquisitivo y eso explica los precios espantosos que se ven en algunos escaparates. Pero también hay cosas asequibles y recomiendo recorrer la calle y comparar antes de entrar en una tienda . Con mi amiga, hicimos una parada provechosa en una tienda que ya conocíamos antes de acabar nuestro paseo del día.

Hoy volví a esta zona porque organizaban una «brocante» en la calle Trudaine. Si no vi muchas novedades entre los objetos expuestos para la venta, noté menos vendedores y los precios que miré me parecieron más bajos que unos meses atrás. Lo cual confirma que los negocios no van muy bien…

Yo seguiré sembrando y preparando esquejes para el próximo trueque verde.

Publicado en París | Etiquetado , , , | Deja un comentario