El hombre solo

Últimamente llegué varias veces muy temprano a la parada de autobús que me corresponde, y en vez de esperar durante unos largos minutos, preferí caminar hasta la parada siguiente. Así fue como descubrí a este hombre solo, negro de piel, sentado en el banco de la parada.

Cada vez que le encontré, estaba hablando en un idioma que no entendía, dirigiéndose a un interlocutor que no conseguí identificar. Comprobé varias veces si tenía un auricular o algún dispositivo de comunicación, pero por más que mire, no divisé cualquier aparato. Así que llegué a la conclusión que estaba comunicando sus problemas en voz alta a los cuatro vientos.

En medio de su discurso, la única palabra que me llamó la atención se parecía a burkinés. No sé por cuales acontecimientos tremendos pasó este hombre, pero lo cierto es que necesitaba comunicar sus angustias y no sabía a quién dirigirse.

En mi barrio mestizo, algunos migrantes vivieron traumas de todas clases y varias familias enfrentan situaciones muy complicadas. Algunos psicólogos y terapeutas profesionales se juntaron para proponer, una vez al mes, sesiones de actitud receptiva a quien lo necesita. Cada uno de estos altruista instala dos sillas frente a frente en la acera de la calles des Poissonniers y regalan un intercambio atento y benevolente.

En el extremo noreste del distrito XVIII, también crearon una “casa de la conversación” en donde organizan acontecimientos y formaciones para cultivar el arte de la conversación inclusiva entre personas que no se encontrarían en otro lugar. Si todavía no pude visitar este lugar, el proyecto me parece estupendo para ayudar a todos los que sufren de la soledad de las metrópolis o del exilio.

De momento, toca aprovechar los puentes de Mayo para escaparse un rato de la Ciudad de las Luces.

¡Hasta pronto!

Publicado en París | Etiquetado , , | Deja un comentario

¡Ya volvieron los turistas!

Desde principios de Abril, la asociación de los Greeters parisinos recibe cada día más pedidas de paseos por la ciudad de las luces y a mí me tocaron cuatro contactos, de los cuales dos confirmaron su presencia.

Acompañé el primer grupo por las galerías cubiertas y si pudimos admirar la calidad de las restauraciones que hicieron alrededor de la biblioteca de la calle Richelieu, también noté la presencia de varios grupos de turistas, atraídos probablemente por la gran sala ovalada.

Ya no había policías al lado del Consejo Constitucional y pudimos seguir tranquilamente hasta el mercado de los niños rojos para compartir un té de menta.

Compartí el segundo paseo con una pareja sevillana que quería visitar la colina de Montmartre y en esta zona, sí que se notaba la presencia de los turistas, porque había gente casi por todas partes. Pero la primavera en Montmartre tiene un encanto especial.

Este segundo paseo se acabó en uno de los bares de la calle Clignancourt, en donde los vecinos suelen juntarse para mirar los partidos de futbol o rugby, o simplemente tomarse una copa J

El pasado lunes, tocaba participar a la marcha del Día del Trabajador. Me impresionó la cantidad de gente que estaba convergiendo hacia la plaza de la República y también la densidad de personas reunidas en la plaza. Dando vueltas por el vecindario, constaté que habían organizado dos recorridos distintos para caminar hacia la plaza de la Nación y que él de mi sindicato quedaba estancado. Por suerte encontré a algunos colegas, y después de esperar casi una horita la salida de nuestro grupo, nos marchamos por el bulevar Voltaire en donde encontramos de nuevo un atasco de peatones al lado del Bataclan.

Confieso que renuncié a seguir adelante. Escogí calles alternativas para encontrarme con el segundo recorrido y constaté que los últimos manifestantes se marchaban de la plaza de la República sobre las cinco.

No sé cómo los turistas perdidos en estas zonas de París habrán percibido este acontecimiento…

Publicado en París | Etiquetado , , , | Deja un comentario

Fronteras

Aproveché un fin de día de teletrabajo para recorrer la calle que camina justo al norte del periférico, desde la puerta des poissonniers hasta la puerta Pouchet. Esta calle forma parte del territorio de París, pero todas las parcelas que se hallan al Norte de la calle pertenecen a municipios limítrofes.

La primera parte de esta calle frontera comunica varios edificios de ladrillos de cinco o seis plantas, con jardines, zonas de juegos para los niños, aparcamientos y relativamente protegidos del zumbido del periférico por unos altos árboles. Estas construcciones forman parte de las viviendas sociales de la ciudad de Saint-Ouen.

Al acercarse de la puerta de Clignancourt, se ven más empresas, menos viviendas y atascos de fin de tarde.

Más adelante, ya entramos en la zona que se llama mercado de las pulgas y la calle que bordea el periférico cuenta con una gran cantidad de tiendas que proponen prendas y zapatos. Curiosamente, casi todas las tiendas estaban abiertas, pero se veían menos clientes que durante los fines de semana.

Generalmente, sigo esta calle a partir del mercado Malik rumbo a la puerta de Clignancourt, pero ese día seguí caminando rumbo al Este y descubrí un auténtico “mercado de la miseria”, con gente vendiendo trastos de todas clases, conservas, jabones, mantas, …

A partir de la puerta de Saint-Ouen, descubrí una zona de chabolas, pegada al talud del periférico, en frente de unos edificios de oficinas en obras. Y pronto pasé debajo de la autopista frontera para llegar Porte Pouchet.

Esta exploración me animó a leer de nuevo una obra de Jean Rolin, titulada “la valla” y seguí explorando la frontera norte de París rumbo a la puerta de la Villette.

En esta parte de París, las vías férreas procediendo de la estación del Este crean una auténtica frontera entre la capital y sus orillas más o menos acogedoras. La calle de la clôture bordea estas vías, pero también se ven un circo, una estación de tranvía bautizada “Ella Fitzgerald” y la fachada Sur de un eco-barrio instalado en la orilla del canal del Ourcq.

El canal crea una frontera extra, pero por suerte encontré un puente muy cerca.

Caminando por la orilla del canal y pasando debajo del periférico, pude admirar a los grandes molinos y seguir rumbo al parque de la Villette.

Publicado en París | Etiquetado , , | Deja un comentario

Rondando las Olimpiadas

En París las “Olimpiadas” designan un conjunto de edificios construidos encima de la antigua estación Paris-Gobelins. Esta estación dedicada a las mercancías fue remodelada en los años 1970s y ahora está escondida debajo de la losa de hormigón encima de la cual se alzan las aplastantes torres de más cien metros.

Cuando pasé por esta zona por primera vez, mi guía me enseñó los carriles que llevaban a la estación y tenía ganas de ubicarlas más precisamente.

Escudriñé mapas y fotos aéreas y así pude encontrar la entrada de la antigua estación en la esquina de las calles Nationale y Regnault, pero varios carteles indicaban claramente que no se puede entrar. Visité tranquilamente el pequeño jardín instalado al lado de este acceso, pero la vía de acceso no se ve. Entonces pasé por una pasarela que lleva a la plaza de las Olimpiadas y encontré una perspectiva que permite imaginar como era esta zona antes.

Durante esta segunda visita, volví a ver el jardín compartido en donde dos personas estaban trabajando. Me indicaron muy amablemente el camino llevando a la calle Nationale y pude volver a un universo más normalito, con edificios de cinco o siete plantas.

Al día siguiente, otra visita me dio la oportunidad de descubrir el acceso Noroeste de las Olimpiadas, pero confieso que no tenía ganas de volver al pie de las torres.

Exploré la zona que se halla al Norte de las Olimpiadas y con gusto descubrí un gran centro de deportes en donde incluso tienen cancha de pelota vasca. También pasé al lado del gran parque de Choisy, pero este gran jardín merece una exploración más tranquila.

Lo que más me asombró fue el contraste entre el universo muy mineral de las Olimpiadas y las zonas ajardinadas que se ven a unos cien metros.

Pero queda claro que la zona merece visitas extras…

Publicado en París | Etiquetado , , , | Deja un comentario

Fin de paréntesis

Ya se acabaron mis cortas vacaciones pascuales y si me molestó el cierre de una línea de metro, la vuelta a casa en autobús resultó muy agradable.

Este fin de semana, la ciudad tenía un toque primaveral con gente invadiendo los parques y jardines para disfrutar del sol.

Yo exploré de nuevo un pequeño jardín Colbert, escondido detrás de un alto edificio de la calle y protegido por una reja. Las familias del vecindario estaban reunidas alrededor del césped principal para celebrar este agradable sol primaveral y algunos ancianos estaban lagarteando.

Más adelante, en frente de la entrada principal de cementerio del Père Lachaise, la parcela de la “tierra de ecología popular” estaba abierta y varios grupos también celebraban la primavera. 

Yo seguí rumbo al bar-restaurante del Père Lachaise en donde pude comprobar que el chocolate vienes es uno de los mejores de Paris…

Este reencuentro con la capital continuó en la plaza Gambetta en donde el sol del atardecer regaló una bonita luz a la fuente central.

Hoy descubrí una nueva conexión entre la ciudad de las luces y mi pequeño pueblo de Borgoña. Esta vez se trataba de Arte Bruto y más precisamente de las estatuillas esculpidas por Alain Genty. Si me dejé atrapar por el diablo en persona durante mis vacaciones, resulta que cerca de mi casa, el museo de Arte Bruto que se halla al pie de la colina de Montmartre, presenta obras reunidas por una pareja de coleccionistas y que entre estas obras se ven algunas creaciones de Alain Genty…

Desgraciadamente había demasiado gente esperando los acontecimientos del día para que tenga ganas de entrar en este espacio concurrido

Cuando pasé por allí, había muchísima gente esperando las conferencias del día y preferí aplazar la visita, pero me encanta la idea de ver algunas obras extras de este artista tan singular.

Muy lejos de estas consideraciones artísticas, el Consejo constitucional aprobó la reforma de las pensiones de jubilación y el presidente, como si tuviera miedo de que los “sabios” cambien de idea, promulgó la ley enseguida…

Mañana convocan una cacerolada mientras el presidente pronuncia un discurso en la televisión y tengo que probar mis cacerolas para escoger la que tiene el sonido más fuerte 😊

El pueblo, unido, …

Publicado en París | Etiquetado , , , , , | Deja un comentario